Querido
lector:
Entrevistar
a la peor señora del mundo ha sido la peor experiencia de mi vida. Fue muy
difícil establecer contacto con ella y tuve que hacerle una promesa para poder tenerla
de frente. Ya se imaginarán el escalofrío que sentí con sus respuestas, hasta llegué
a pensar que me engulliría como Saturno a sus hijos. No obstante, he aquí el
resultado de esta peripecia que te sumergirá en su universo malévolo.
¿Cómo se ve usted a sí misma?
Soy un ser que jamás se
arrepiente de sus errores bien cometidos. Efectivamente, me veo como la más malvada de las
malvadas, la peor de las peores señoras del mundo, lo que para mí es un orgullo
porque hago lo que se me antoja a cualquiera que tenga la mala suerte de
cruzarse conmigo. En fin, amo ser de lo peorcito.
¿Cuál es la fechoría que más
recuerda?
He hecho miles y me he divertido tanto con cada una
que es difícil elegir, sin embargo, haber dejado pelón al zapatero del barrio
fue divertido. Aún recuerdo cómo caían sus lágrimas lentamente, aunque el
puntapié que le di a una señora engreída, me hizo agua la boca. Cada broma
siempre será como la primera vez.
¿A quién considera su héroe o
heroína?
A la directora de escuela Agatha Tronchatoro, campeona
de lanzamiento de martillo, bala, jabalina y niños indefensos. Le encantaba “educar”
a los bribonzuelos dándoles ánimo con su vara y encerrándolos en "el
agujero", un cuartico donde podían reflexionar sobre lo repulsivos que
eran. Lamentablemente, una mocosa llamada Matilda y su profesora Miel la sacaron
por la puerta chica. Aun así, sigo admirando a Agatha y coincido con ella
cuando dice que una escuela perfecta sería una escuela sin niños.
Háblenos
un poco de su familia
Mis padres fueron un par de
santurrones que solo sabían hacer el bien a su prójimo, sobre todo a mi hermana
que se llevaba todos los premios. Un día desaparecieron en un extraño suceso,
dejándome el camino libre y una herencia con la que financio mi empresa de
maldad. En cuanto a mi esposo, puedo decir que me causó una fuerte indigestión
que tardó más de una semana. El hueso de mi sombrerito… ¿te dice algo? ¡Grrrr!
¿Qué
proyectos tiene en mente?
Te diría que tratar de conquistar el mundo, como
dice un ingenuo ratón muy famoso, pero me basta con hacerle la vida imposible a
la gente de Turambul, tú sabes, con bromas, golpes, insultos, es decir, mi
especialidad. A veces quisiera desaparecer el pueblo, pero entonces… ¿Con qué
me divertiría luego?
De
sus cinco hijos,¿cuál es el favorito?
¿Favoritos? Para mí nada es
favorito, ni mis hijos ni la demás gentuza que me rodea. Vivo para arruinar la
existencia de quienes están cerca de mí. Creo que mi misión es ir contra la corriente ¡cueste lo que cueste!
Dicen que la única amiga que ha
tenido es una paloma mensajera que la acompañó mientras estuvo sola en Turambul…
¿Cómo puedo ser amiga de una estúpida paloma? Quiero
dejar claro que no me interesa tener
amigos cuando todos pueden ser mis enemigos. Me genera más adrenalina saber
que salgo a la calle y hasta las hormigas y las cucarachas me temen porque
saben que pueden terminar nadando en un mar de agua hirviendo.
Nos han contado que piensa
escribir un libro…
Es increíble cómo corren los chismes hoy en día, y eso
que no tengo Facebook. Es cierto que quiero contar la historia de mis mejores hazañas
y he pensado en algunos títulos como Cuentos
morales para niños fatales o La peor
en el país de las maravillas. ¿Cuál prefieres tú? Me parece interesante
dejar para las infortunadas generaciones venideras un catálogo escabroso para
quienes deseen seguir mis pasos. De lo que estoy segura es que el libro se
vendería como pan caliente, es claro que el
mal es lo que vende y yo en el tema, soy una autoridad.
Si
tuviera que compararse con un animal, ¿cuál sería?
Creo que tengo un poco de
león, otro de buitre, un tanto de pulga, pero sin lugar a dudas me compararía
con un animal extinto, un auténtico y temible tiranosaurio rex, el terror de la
prehistoria.
¿A qué se dedica ahora?
He cambiado mi estrategia de maldad, ahora dicen que
hago las bromas malas más buenas del
mundo como darles a mis hijos su asqueroso cereal con leche y miel, poner
billetes en el sombrero del limosnero del pueblo y hasta derribar murallas en
un segundo.
¿Qué
mensaje dejaría a los lectores de la Revista El Conde Letras?
Más que un mensaje, quiero
hacerles una advertencia: más les vale que no se dejen pillar por mí porque
entonces me divertiré echándoles jugo de limón en los ojos, dándoles comida
para perros, poniéndolos a saltar la cuerda ciento veinte veces y acostándolos a
dormir en el gallinero. ¡Ah, y no
olviden hacer las cosas malas más buenas del mundo!
Finalmente,
los lectores y yo nos morimos de curiosidad por saber ¿cuál es su auténtico
nombre?
Aunque tengo cara de llamarme
Ángela, Flor o Rocío, lo dejo a la imaginación de ustedes.
Envíanos a este blog,
los mejores nombres que imagines para la peor señora del mundo.
Basado en La peor señora del mundo. Francisco
Hinojosa. México: Fondo de Cultura Económica, 1992. Ilustraciones de Rafael
Barajas ´El fisgón`
Por Diego Ruiz: mi gato se llama Garabato, colecciono libros pop-up y ando siempre con un cuento en mi mochila, nunca se sabe a quién pueda leerle en voz alta y alegrar su paso.
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